En los últimos años los niños y jóvenes han adquirido gran importancia en relación a los medios de comunicación, bien como público objetivo de dichos medios, bien como elemento presente en el contenido de los mismos. Como consecuencia de ello se ha visto necesario adoptar cautela en la realización y difusión de la publicidad dirigida a menores, con el fin de que no se vean inducidos a error acerca de las características, prestaciones, funcionamiento, durabilidad y seguridad del producto mencionado.
La publicidad en juguetes se caracteriza por la utilización de ficción y animación. Por lo que es necesario insertar información adicional sobre las prestaciones del producto. Cuanto menor es la edad del público al que se dirige el anuncio, mayor es la confianza que aquél deposita en los personajes que le son próximos o a los que conoce y/o admira, y en consecuencia, mayores son las posibilidades de que la participación o testimonio publicitario de tales personajes explote su especial confianza, en contra de lo establecido por la norma.
Existen tres tipos de personajes influyentes: los personajes especialmente próximos al público infantil como los presentadores de programas infantiles, los otros personajes famosos reales o ficticios y las telepromociones en programas dirigidos al público menor de edad. Los primeros son los más influyentes para el público infantil.
La nueva Ley General Audiovisual ha establecido una nueva regulación para la emisión de publicidad en horario infantil, prohibiendo la publicidad relacionada con productos de estética y de dieta. Los menores son los más vulnerables a los mensajes publicitarios, debido a su inmadurez, credulidad, facilidad de persuasión y sugestión, por lo que es necesario un riguroso control de la publicidad destinada a esta franja de edad.
En Suecia está prohibida la publicidad televisiva en productos destinados a menores de 12 años. Mientras que en España prima la autorregulación de anunciantes y televisiones, donde la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial examina todos los años más de 1.000 anuncios destinados al público infantil”.
Los trastornos alimenticios son una preocupación de primer orden para el Ministerio de Sanidad español, que se enfrenta al mayor índice de obesidad infantil de Europa, un 9% de los menores de 18 años. Por ese motivo, en 2005 se promovió un código de autorregulación entre los anunciantes de la industria alimentaria . El acuerdo no se refiere al producto sino al mensaje, incide en la necesidad de evitar promociones con regalos y sorteos así como el uso de personajes famosos y mensajes engañosos como la adquisición de fortaleza, estatus, popularidad, reconocimiento, habilidad o inteligencia derivados del consumo de este tipo de productos. Este acuerdo se amplió este otoño con la implicación de las televisiones y con una pre$visión de sanciones de entre 6.000 y 18.000 euros a aquellas que lo incumplan.
Un estudio realizado en Reino Unido sostiene que las nuevas técnicas de publicidad y márketing generan ansiedad en los niños británicos. Los autores de la investigación destacan que los niños británicos ven una media de entre 20.000 y 40.000 anuncios al año.
En los últimos años las empresas de publicidad y márketing se centran en diseñar técnicas cada vez más ingeniosas para captar su atención. Por lo que cada vez son más los productos infantiles que cuentan con páginas web, a través de las que los más pequeños pueden participar en juegos en los que se les siguen enviando mensajes publicitarios.
En el Reino Unido, la publicidad y el marketing orientados a los niños mueve en torno a 44.500 millones de euros al año y abarca actividades y productos que van desde el aprendizaje y el juego a los alimentos y la ropa.
Con el paso de los años se han cambiado algunas leyes para proteger los derechos de los menores. A pesar de ello, la publicidad infantil existe desde los comienzos de la televisión, y un ejemplo de ello son esta serie de anuncios de los años 70 y 80.
En los últimos años las empresas de publicidad y márketing se centran en diseñar técnicas cada vez más ingeniosas para captar su atención. Por lo que cada vez son más los productos infantiles que cuentan con páginas web, a través de las que los más pequeños pueden participar en juegos en los que se les siguen enviando mensajes publicitarios.
En el Reino Unido, la publicidad y el marketing orientados a los niños mueve en torno a 44.500 millones de euros al año y abarca actividades y productos que van desde el aprendizaje y el juego a los alimentos y la ropa.
Con el paso de los años se han cambiado algunas leyes para proteger los derechos de los menores. A pesar de ello, la publicidad infantil existe desde los comienzos de la televisión, y un ejemplo de ello son esta serie de anuncios de los años 70 y 80.




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